Seguimos en Huesca, en pleno corazón del Pirineo Aragonés. Seguimos con Javier y Cristina que nos llevan esta vez muy cerca de la frontera con Francia, a una de las estaciones de tren más bellas de nuestro país, la estación de Canfranc.
Fue inaugurada por el rey Alfonso XIII en 1928. Su objetivo fue crear un paso fronterizo entre España y Francia, pero el tráfico de trenes se interrumpió al comenzar la Guerra Civil Española, en 1936. Su actividad se retoma en 1940 al comenzar la Segunda Guerra Mundial, este Titanic de montaña tiene mucha historia que contar: contraespionaje, contrabando, presencia nazi, toneladas de oro, judíos fugitivos de toda Europa...
Una vez más, viajamos en el tiempo. La estación de Canfranc, tiene una historia tan apasionante que merece ser el argumento de una novela de intriga digna de John Le Carré, o el guión de una película de espías y de servicios secretos.
La estación de Canfranc quedó de nuevo inhabilitada en 1970, debido a un descarrilamiento en el que cayó un tren de mercancias sobre un puente en el lado francés.
En la actualidad se han rehabilitado todos los edificios. Por fin vuelven a llegar viajeros y los edificios vuelven a llenarse de vida. Se han convertido en un museo del ferrocarril y en un hotel de 5 estrellas del grupo Barceló. En todo el proyecto se mantiene la estructura y la esencia de lo que fue la estación, incluso mantienen la estética en los uniformes, lo que te hace sentir en otra época, en los felices años 20.
Javier y Cristina nos mostraron una puerta hacia el pasado que merece un lugar destacado en la historia, como ellos en la mía.
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