La Plaza de España, encuadrada en el Parque de María Luisa, fue diseñada por el gran Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929. De un extremo a otro de la plaza, lucen bancos de azulejos dedicados a todas las provincias españolas. Cuatro preciosos puentes que cruzan el canal, representan los cuatro antiguos reinos de España: León, Castilla, Aragón y Navarra. En los extremos de la plaza, dos torres que se divisan desde toda Sevilla. Se trata de una plaza-palacio única en el mundo.
La Giralda, Patrimonio de la Humanidad desde 1987, forma parte del conjunto de la Catedral de Sevilla. Construida en 1184 como alminar de la mezquita, de la que solo queda la Giralda y el Patio de los Naranjos. En lo alto de la torre está el Giraldillo, una gran escultura de bronce de más de tres metros, con una palma y un escudo que simboliza la fe triunfante.
Inaugurado en febrero de 1852, el Puente se Isabel II, conocido como Puente de Triana, es pura inspiración de artistas, y nexo de unión entre el barrio más popular de la ciudad y su casco antiguo. Sus materiales son principalmente la piedra y el hierro y es considerado el más antiguo del país de este material. También fue el primero en tenderse sobre el Guadalquivir.
La Basílica Menor de la Santísima María de la Esperanza Macarena alberga una de las imágenes más veneradas de Sevilla, una talla de mediados del XVII conocida como la Macarena. Patrona de los toreros, amiga de los gitanos y una de las grandes protagonistas de la Semana Santa sevillana.
En la plaza de San Lorenzo, se encuentra la Basílica de El Gran Poder. Su espectacular talla de Jesus, gran devoción y espectacular figura. El edificio es de estilo neobarroco, inspirado en el Panteón romano de Agripa.
Tomar una copa de vino de naranja entre amigos en el barrio de Santa Cruz, no tiene precio. El vino tinta la vida de color, trayendo momentos irrepetibles.