La ciudad de las dos orillas, las cuales forman hoy un conjunto inseparable desde 1873. A un lado, la Buda aristocrática con su castillo. Al otro, la Pest comercial se despliega entre bulevares tras el inmenso Parlamento, un edificio que se empieza a construir en 1885 y se termina en 1905, con una acertada mezcla de los estilos renacentista, barroco, neogótico y ecléctico. Estos son algunos motivos por los que se la conoce como "la perla del Danubio".
Solo un minuto se tarda en subir en funicular a Buda. Tras callejear entre sus mansiones renacentistas y barrocas hay que asomarse a las balconadas del castillo. La mejor panorámica de la capital húngara, se observa desde el Bastión de los Pescadores: el famoso Puente de las Cadenas en primer término, más allá, el Four Seasons Budapest y en último lugar, la Basílica-Catedral de San Esteban, el templo religioso más grande de la ciudad.
Otro gran templo católico de Budapest es la iglesia de San Matías, la cual se comenzó a edificar en el siglo XII en estilo gótico temprano para santificar a la Virgen María, patrona de Hungría. Pero en 1541, el templo dejó de ser católico para transformarse en mezquita, cuando la ciudad de Buda fue invadida por los ejércitos de los turcos otomanos, hasta que un siglo y medio después, fue recuperada por los ejércitos germánicos que expulsaron a los turcos.
Cuando cae el sol, los barcos surcan las aguas del Danubio y en las cubiertas, los restaurantes flotantes, resulta inolvidable ver atardecer. Ya de noche, a orillas de Pest, en las aguas del Danubio se refleja el colosal Parlamento, uno de los monumentos que simbolizan la grandeza pasada de Hungría.
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