Encrucijada de civilizaciones: griegos, romanos, árabes, Siracusa muestra con orgullo las huellas dejadas por los siglos, que atestiguan su grandeza e importancia en la historia. Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2005, gracias a su patrimonio cultural y natural.
Su centro historico es la península de Ortigia, la cual conserva su dibujo de patios, callejuelas y plazoletas escondidas, vestidas con elegancia del corte arquitectónico barroco, tan reseñable en la Sicilia Oriental. Para llegar a Ortigia, se ha de cruzar el Puente Umbertino, ideal para dar una buena passeggiata y sacar fotos a un paisaje de ensueño.
El castillo de Maniace, fue construido por el emperador Federico II en la primera mitad del siglo XIII. Es uno de los monumentos más importantes, vestigio de la presencia normanda en la isla.
Templo de Apolo, templo dórico más antiguo del occidente griego del siglo VI a.C. A lo largo de los siglos, ha sido iglesia bizantina, mezquita islámica, e iglesia normanda. En 1860, se localizaron sus ruinas y hoy en día se pueden ver los restos del imponente templo.
Imponentes son las vistas desde el barco al puerto de Siracusa. La costa es particularmente fascinante, con sus fantásticos colores que van del azul intenso del mar Jónico, al verde de la vegetación, a los colores oscuros de las piedras, o al blanco de las playas de arena finísima. Sicilia es fascinante y la pareja del año también lo es, porque dan sentido a una relación tan poderosa como auténtica.
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