El Cantábrico ha moldeado caprichosamente la costa de Llanes, dejando un montón de playas espectaculares, acantilados y cuevas. Un pueblo que ostenta el título de "Muy noble y leal villa" en el que se ha de parar, primero porque tiene un casco histórico abarrotado de palacios y un rico conjunto de arquitectura indiana, pero también por ver el trajín de su animado puerto pesquero.
Su puerto es uno de los más artísticos de España. En su dique, descubres los "Cubos de la Memoria", del pintor y escultor Agustín Ibarrola. Una obra de arte muy peculiar que en absoluto pasa desapercibida.
El autor trata de enlazar su memoria con la del arte y la del propio Llanes. De ahí que juegue con la geometría y con la discontinuidad de las aristas, prismas y superficies, de los 170 bloques de hormigón que componen la obra. La discontinuidad de los cubos producen distintos efectos ópticos que cambian con las luces del día y con el movimiento del agua. Agustín Ibarrola rinde tributo al paisaje y a las huellas que las personas han dejado sobre Llanes a través del tiempo.
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