La Basílica de Covadonga, es una construcción levantada a finales del siglo XIX, preside una amplia explanada, pero hay que entrar en su interior para admirar la cripta y también la interesante colección de piezas de arte y orfebrería que guarda su museo. Es, sin lugar a dudas, el principal centro de peregrinación cristiana en Asturias.
A pocos metros de la Basílica de Covadonga, se descubre la Cueva donde se venera a la Virgen de Covadonga, conocida popularmente como "la Santina", la patrona de Asturias, y en la que se acuartelaron las tropas de Don Pelayo antes de la batalla que marcó el inicio de la Reconquista. También es aquí donde descansan sus restos.
La Cueva estaba recubierta de madera pero en 1777, un incendio destruye la talla original de la Santina. La actual talla data del siglo XVI y fue donada al Santuario por la Catedral de Oviedo en 1778.
Covadonga procede de la expresión latina “Cova Dominica” que, muy acertadamente, significa “Cueva de la Señora”. Es el origen y también la incursión más clásica a estas montañas, la que lleva a los lagos de Covadonga.
Por encima de los mil metros de altura, se encuentran los lagos de Covadonga, Ercina y Enol, de origen glacial, donde el reflejo de las montañas en sus aguas cristalinas regala imágenes de postal. Hay un tercer lago, el lago Bricial, pero es mucho menos accesible y suele estar vacío, a menos que haya sido un año de abundantes nieves y precipitaciones.
Esta es una invitación para perderse en sus bosques o para caminar por su escarpado litoral. Un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza.
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