El descubrimiento de petróleo en su territorio en 1966, supuso un antes y un después para los habitantes de esta región, ya que vieron como se levantaba un imperio de la nada. Gracias a los beneficios económicos del "oro negro", se invirtió en una ciudad próspera cuyo plan era convertirse en uno de los destinos turísticos más codiciados.
Frente a nuestros ojos, Burj Khalifa, el lugar más icónico de Emiratos Árabes Unidos. No sólo es el edificio más alto del mundo, sino que es una auténtica obra de ingeniería.
Con sus vertiginosos 828 metros de altura, descrito como "una ciudad vertical" este rascacielos impone mucho y, lo que es más increíble aún, lo construyeron en el desierto.
Burj Al Arab es otro rascacielos emblemático de Dubai. Construido sobre una isla artificial, tiene forma de vela y se levanta erguido y orgulloso frente a la playa de Jumeirah.
Hotel lujoso de 7 estrellas de 321m de altura. Un reto muy ambicioso con una estructura diseñada para asombrar al Golfo Pérsico y al mundo entero.
Ahora sí, nos despedimos de la alfombra mágica, dejamos atrás Oriente pero guardamos en nuestros bolsillos y en nuestro corazón, las fotos de Pilar para siempre.
Antes de irnos, sigamos la estela de las estrellas que brillan justo encima de Burj Khalifa. Allí están algunas de nuestras personas más queridas que ya no se encuentran entre nosotros, con sólo un vistazo a la cumbre del edificio, te acercas a ellos y puedes casi darles la mano.